Pinocho

Pinocho

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Pepechu pulsa el botón de encendido. El ordenador chirría quejidos y guiña dos veces la pantalla antes de iniciar el sistema.

La clave paranoica no entra a la primera, tal vez sea conveniente anotarla en un cuaderno, pero si lo hace, dejará de ser un secreto.

La circunferencia de bolas gira su movimiento perpetuo hasta que deja de serlo, y se abre de par en par el escritorio digital repleto de carpetas y archivos. A Pepechu le gusta tenerlo todo a la vista, piensa que de no ser así, todo el material podría perderse en un fango informático, y no está dispuesto a ensuciarse las manos.

El navegador se despliega y Pepechu husmea entre los titulares del periódico habitual. Tiene prisa porque es la hora recomendada para conseguir un mayor alcance en la publicación. De entre elecciones, presidentes, crisis, divorcios nacionales o niñerías políticas que juegan al «ahoranomejunto» por las esquinas del Congreso, solo le llama la atención una: «un ex-soldado norteamericano salva a una niña del Daesh en mitad de la batalla por Mosul bajo un intenso tiroteo».

Pepechu rebusca entre su americanismo, descarga la foto del hombre con la niña en brazos. Analiza los contornos. No le dan juego. Abre Photoshop, selecciona, recorta e invierte las figuras del hombre y la niña. Ahora sí. El foco de luz de ambos se contradice con la dirección del sol del fondo creando una sensación irreal. Puede hacer algo más. Enfoca aún más el primer plano y desenfoca el entorno. Guardar como, jpg, intro.

Pepechu mira el reloj, entra en la red social, carga la imagen y saborea su titular de posverdad: «las mentiras americanas y sus montajes para lavar la imagen del imperialismo». Publicar.

 

Solo le queda esperar el cómputo de «megusta» que mide la longitud de su nariz de madera.

 

Liberato ©2017

Ilustraciones: Roberto Innocenti

 

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Soy Liberato Antonio Pérez Marín

Granada, 1964.
Como autor, firmé la novela Erres —finalista del Premio Nadal 2019— bajo el seudónimo Tomás Marín, en honor a mi abuelo materno. He sido finalista del Max Aub y ganador del V Premio Internacional de Narrativa «Ciudad de la Cruz», entre otros.
Me he dedicado a la enseñanza de la literatura en distintos niveles y he impartido análisis de texto y género de opinión para periodistas, muchos de los cuales están en ejercicio profesional y les sigo con interés.
Viajero por naturaleza, prefiero pasar desapercibido para observar: mis historias nacen de ese detalle que surge por azar y se convierte en revelación.
En este blog comparto relatos inéditos, fragmentos y reflexiones sobre el oficio de escribir, invitando siempre al diálogo literario con quien quiera asomarse.